domingo, 20 de marzo de 2011
viernes, 11 de marzo de 2011
Ya llego.
Comentaba hace unos dias con un buen amigo, que apenas sin darnos cuenta y todavía resonando en nuestros oídos los redobles de tambor de las procesiones del pasado año, nos llegaba un año más el tiempo de cuaresma; tiempo de oración y de penitencia.
Cofrades, arranca o lo que es lo mismo: empieza el trabajo. Que disfrutemos todos de él, que nos preparemos como cristianos comprometidos a celebrar la llegada de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Detrás de estas semanas nos espera el aroma del incienso en nuestras calles, el redoble del tambor tras un paso, la predicación de los sacerdotes en los cultos. Nos esperan los Azotes del Pecado, las caídas camino del Calvario, la angustiosa Oración en Getsemaní, la dolorosa despedida del Entierro, y la Soledad de una Madre rota por el dolor y el sufrimiento de su Hijo.
Pero antes, la Cuaresma. Que pase, que entre, que nos invada y que nos prepare.
Pero antes, la Cuaresma. Que pase, que entre, que nos invada y que nos prepare.
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